[3] Aunque aquella iniciativa fracasó, las construcciones quedaron y la dehesa se cultivó.
[6] La Dehesa ocupa una amplia vaguada que se extiende de este a oeste, mientras que el antiguo caserío -formado por algunas viviendas, almacenes, eras y pajares, corrales y descubiertos prácticamente arruinados-, se halla en el extremo norte, al pie del cerro de Altamira, en cuya cima hubo un asentamiento ibero o celtíbero.
[7] Desde el cerro de Altamira la perspectiva meridional de la extensa hoya es magnífica, al pie del cerro se hallan los restos del antiguo caserío, centrado por un secular pino carrasco (Pinus halepensis) de grueso tronco.
Desde una óptica constructiva, la fábrica de los corrales y descubiertos se basa en mampostería careada con grandes sillares en las esquinas.
Este tipo de entradas a majadas y rediles son frecuentes en la zona, conformando una singular arquitectura tradicional (vernacular).