La atracción, amor, solidaridad e interacciones de negocios los trae juntos y eventualmente resulta una relación interpersonal sólida.
A través de ellas, el individuo obtiene importantes refuerzos sociales del entorno más inmediato, lo que favorece su adaptación e integración al mismo.
En la antigüedad, las relaciones padre-hijo solían estar marcadas por el miedo, ya fuera a la rebelión o al abandono, lo que dio lugar a los estrictos roles filiales en, por ejemplo, la antigua Roma y China.
Las ideas de Freud influyeron durante décadas en el pensamiento sobre las relaciones entre padres e hijos.[6].
[9][10] En una serie de estudios en los que se utilizó la situación extraña, un escenario en el que un bebé es separado y luego reunido con sus padres, Ainsworth definió tres estilos de relación padre-hijo.
[G. Stanley Hall]] popularizó el modelo "Sturm und drang", o tormenta y estrés, de la adolescencia.
[19] Las relaciones entre hermanos tienen un profundo efecto en los resultados sociales, psicológicos, emocionales y académicos.
Aunque la proximidad y el contacto suelen disminuir con el tiempo, los vínculos entre hermanos siguen teniendo efecto a lo largo de toda la vida.
Los vínculos entre hermanos son una de las pocas relaciones duraderas que pueden experimentar los seres humanos.
[20] Las relaciones interpersonales son sistemas dinámicos que cambian continuamente durante su existencia.
Todos debemos asumir un rol diplomático en nuestras relaciones con los otros, y aún en el ámbito familiar, debemos regirnos por principios, por valores educativos e incluso de etiqueta (convenciones sociales) propios de una sociedad civilizada, aspectos que enriquecen la diplomacia interpersonal.
Corresponde destacar que el movimiento por las relaciones humanas[34] se estructuró en los años 1930 alrededor de Elton Mayo.