El concepto de asertividad suele definirse como un comportamiento comunicacional en el cual la persona no agrede ni se somete a la voluntad de otras personas sino que manifiesta sus convicciones y defiende sus derechos.
Varias situaciones donde una comunicación asertiva puede reportar beneficios al emisor del mensaje son las siguientes:[3] El contar con una habilidad de comunicación para expresarnos de manera eficaz y respetuosa, defendiendo las necesidades, ideas o sentimientos teniendo en cuenta nuestros derechos asertivos y el de los demás generando mejores interacciones sociales con negociación para un buen común.
Ser una persona asertiva tiende a mejorar la salud mental y la comunicación , cómo por ejemplo con decir lo que se piensa, genera un aumento en la confianza en uno mismo y en la autoestima.
Se realiza una introspección que genera una mejor comprensión y reconocimiento de las emociones, para así validarlo.
[5] Según Emiliano Lagunes, psicólogo clínico el contar con habilidades asertivas, es un proceso en desarrollo de aprendizaje y práctica, existen varias opciones que pueden brindar apoyo: Psicólogos especializados: Los profesionales de la psicología están capacitados para ayudar a generar un proceso de autoconocimiento, desarrollar habilidades y herramientas para lograr una comunicación asertiva.
Tener las emociones bajo control, o una regulación emocional, con intervenciones asertivas en los pensamientos antes de actuar y comenzando con propósitos a realizar más asequibles de poco a poco.
Tengo derecho a mi descanso y aislamiento cuando así lo decida.
Toda persona tiene derecho a decidir cuándo prestar ayuda a los demás ya que es un derecho individual, sin embargo, se debe tomar en cuenta que no es aconsejable defender nuestros derechos cuando corremos peligro de recibir agresión física o se viole la legalidad.
No existe una “personalidad innata” asertiva o no asertiva, la conducta asertiva se aprende por imitación y refuerzo, es decir, se compone de lo que se nos ha transmitido como modelos de comportamiento, ya sea nuestro núcleo familiar, escolar o laboral.
Mantener en mente que hay un momento y una forma adecuadas para realizar cada actividad, y la mejor manera de hacerlo consiste en ser asertivo, ésta es la llave para lograr el éxito en las relaciones interpersonales.
En Estados Unidos se realizaron investigaciones acerca de la ansiedad social y sus tratamientos.
En 1985 Becker y Heimberg crean el test conductual de Asertividad para personas deprimidas.
En el año 2001 Davis Mckay y Eshleman hablan de suposiciones erróneas como obstáculo para la conducta asertiva.
En este caso se puede dar una respuesta distinta según el impulsor interno: agresividad cuando el foco de atención está excesivamente puesto en las necesidades de uno mismo y sumisión cuando se desea complacer a los demás.
En algunas culturas u organizaciones muy jerarquizadas se establece la sumisión como la conducta aceptada en determinados roles y géneros.
El estado emocional también influye en la respuesta que se pueda dar en un momento concreto.
Una alta carga de estrés puede provocar una conducta excesivamente agresiva o pasiva, generando en ocasiones mayor ansiedad debido al rechazo que la propia respuesta provoca en los demás.
Hasta el momento no se ha hallado una causa innata relacionada con la asertividad, si bien hay ciertos factores genéticos que podrían desempeñar un papel en el desarrollo de la timidez y, en consecuencia, el déficit de asertividad.