Sobre su origen se sabe que en el lugar existían alquerías fundadas y habitadas por los musulmanes y que tras la conquista del rey Jaime I de Aragón a mediados del siglo XIII, este rey concedió una nueva fundación, entregándole al señor de Bellvis, señor feudal que por entonces regentaba estas tierras, la llamada Carta Puebla, para la fundación de un nuevo núcleo urbano reconocido por el Reino de Valencia.
Hasta hace escasos años la vid era el principal y casi el único sostén económico de esta población.
Pero con el tiempo y las exigencias del mercado hoy por hoy gran parte del suelo se dedica a frutales de verano, como el ciruelo, melocotoneros y el albaricoquero.
La ganadería cuenta con varias granjas avícolas y porcinas, mientras que en libertad pastan unas 200 cabezas de lanar.
El sector industrial ha visto un amplio crecimiento en los últimos años, siendo todavía de menor importancia que las actividades agroalimentarias.