La mozarela (mozzarella) siempre está presente, ya que es ingrediente de todas las pizzas en general.
Los otros dos quesos suelen ser fontina y parmesano (parmigiano-reggiano),[3] aunque también hay recetas que incluyen pecorino, ricotta, stracchino, robiola, taleggio, provola ahumado o caciocavallo.
En definitiva, la elección de los quesos es al gusto, lo único a tener en cuenta es que deben ser enteros (grasos) o semigrasos.
A diferencia de otras variantes de pizza, como la pizza napolitana o la margarita, que tienen una historia antigua, rica y documentada, la pizza cuatro quesos, a pesar de su popularidad y preponderancia, tiene un origen menos claro, ciertamente debido a que su composición es tan obvia.
[5] Sus versiones menos conocidas y más recientes, como la pizza quattro latti, pueden estar en el camino opuesto en la historia de la gastronomía.