Pilagás

Los primeros registros históricos sobre los pilagás son del siglo XVII, cuando habitaban el este de las provincias del Chaco y Formosa sobre el río Paraguay junto a otros grupos como los abipones, los mocovíes y los tobas.

Las fuentes históricas los denominan yapitalaguás, zapitalagá (Guido Boggiani, 1898: 619), pitilagá (Félix de Azara, 1836: 396), pitelahá, pitaleaes (Francisco Morillo, 1837), zapitalaguas; zapitilingas (Nicolás del Techo, 1628: 295-296), yadpitilaga, apitolagas, guaycurure (Alfred Métraux, 1946a; Enrique Palavecino, 1933a).

Durante el siglo XVII los guaicurúes se expandieron por el Chaco Austral y Central hacia el oeste en continuas guerras con grupos mataco-mataguayos.

La expansión se detuvo a mediados del siglo XVIII por la presión militar española que los desplazó del río Bermejo, encontrándose los pilagás a fines del siglo XVIII en los bañados entre los ríos Pilcomayo y Paraguay hasta la zona de Fortín Yunká al oeste y el medio de la provincia de Formosa al sur.

Las tierras pilagás y de otros pueblos fueron ocupadas por colonos, y los indígenas que sobrevivieron a la guerra y a las enfermedades nuevas para ellos fueron utilizados en las plantaciones de algodón e ingenios azucareros, como auxiliares de las fuerzas militares o deportados como prisioneros a la isla Martín García.

Esto hizo que se diferenciaran en dos grupos: los “del bañado”, ubicados al oeste, y los “de Navagán”, en el este.

Investigaciones posteriores sugieren que los responsables fueron grupos makás del Paraguay.

Bandera del pueblo pilagá usada por organizaciones como la Federación Pilagá.
Mujer pilagá con tatuajes tradicionales, por Grete Stern .