Su padre era un mercero pobre, aunque sus dotes escolares posibilitaron su ingreso en un seminario de Sens.Aparentemente, habría trabajado como ayudante del impresor y librero Carnery de París hacia 1785.[4] Con el advenimiento de la Revolución, Manuel redactó y publicó bajo su nombre diversos libelos contra las instituciones derrocadas.Le siguió en 1790 La Chasteté du clergé dévoilée (La castidad del clero al descubierto), en dos volúmenes.El panfleto aprovechaba documentos policiales confiscados al Antiguo Régimen para desvelar los abusos cometidos, entre ellos —según su autor— el encarcelamiento en 1784 de su amigo Jacques Pierre Brissot.También relataba la vida y la persecución de que fueron objeto diversos libelistas, incluso por parte de la policía secreta en el exilio (principalmente en Londres), y otros escándalos ocurridos bajo el anterior régimen.Durante un debate sobre el derecho de veto (suspender una ley temporalmente o hasta el cumplimiento de alguna condición) manifestó a los jacobinos que, como patriota, no le gustaba el rey pero que este debía tener derecho a irse o abdicar.[7] Propuso vender los retratos de obispos que colgaban en el interior del edificio.[16] No se sabe con certeza si también salvó la vida de Beaumarchais, quien fue encarcelado el día 23 y liberado una semana después, solo tres días antes de que tuviera lugar una matanza en la misma prisión.[21] En consonancia, dimitió como diputado[21] y fue sucedido por Fouquier de Tinville como fiscal.