Los manifestantes esperaban lograr que el rey levantase su veto y llamase de nuevo a los ministros girondinos.Esta manifestación fue la última fase del fallido intento de establecer una monarquía constitucional en Francia.Este conflicto, el cual duraría hasta 1815 y sacudiría los cimientos de Europa, supondría un impulso a la Revolución en Francia, siendo la monarquía su primera víctima.Éstos rechazaron su solicitud y afirmaron que no tenían intención de atacar ni a la Asamblea ni al rey, proclamando que sus objetivos eran formar una procesión por los veinte peticionarios que deseaban presentar una petición a la Asamblea y al rey y celebrar el aniversario del Juramento del Juego de la Pelota.[3] La Asamblea Legislativa se reunió en torno al mediodía, no prestando atención a la posible amenaza de un levantamiento por parte del pueblo.De hecho, la muchedumbre ya se había situado en los pasillos cuando la Asamblea decidió adimitirla.Entonces, volviendo al tema principal de la petición, añadió: La Asamblea declaró que consideraría la solicitud de los peticionarios, pidiéndoles a continuación respetar la ley y las autoridades legales, y concediéndoles permiso para marchar ante la Asamblea.La Asamblea, ante el temor de lo ocurrido, envió varias delegaciones para intentar proteger al monarca.El propio alcalde de París, Pétion, se subió a una silla y pidió a los manifestantes retirarse de forma tranquila, siendo dicha solicitud obedecida por la muchedumbre, quien finalmente no logró su objetivo.Así mismo, un gran número de administraciones departamentales protestó contra las ofensas vertidas hacia el monarca.Su discurso, el cual causó una honda impresión, fue hecho circular por la Asamblea en todos los departamentos de Francia.
Invasión de la Asamblea, 20 de junio de 1792
. Grabado de Blanpain a partir de un diseño de Hippolyte de la Charlerie.
Las Tullerías, 20 de junio de 1792
, por Alfred W. Elmore (1860) (
Museo de la Revolución francesa
). «Interior en el Palais des Tuileries,
María Antonieta
de pie a la derecha, protegiendo a sus hijos acurrucados junto a ella, mirando altivamente a la multitud de revolucionarios que ha irrumpido en la habitación, blandiendo armas, reunidos detrás de una gran mesa, uno intentando hablar con una joven de pie frente a la reina, mirando resignada» (descripción de una copia de 1883).
Luis XVI de Francia llevando un gorro frigio, brindando a la salud de los sans culottes (1792).