Península del Labrador

Los montes Torngat, que la atraviesan de norte a sur, constituyen la espina dorsal.

Sus costas son muy accidentadas con gran cantidad de bahías, ensenadas, rías y fiordos bajos formados por la erosión glaciar y los movimientos del inlandsis que cubrió el territorio durante las glaciaciones, las mismas glaciaciones (como en la mayor parte del Canadá) han dejado asimismo numerosos lagos.

Varios son los ríos que recorren esta península: Churchill, Eastmain, George, Koksoak y Leaf.

La península está rodeada de mar por todos sus lados, excepto por el suroeste, donde se ensancha hacia el continente general.

La zona pasó a llamarse Markland en nórdico groenlandés y sus habitantes eran conocidos como los Skræling'.

Está ampliamente aceptado que la península lleva el nombre del explorador portugués João Fernandes Lavrador.

El rey Manuel I de Portugal le concedió en 1499 una patente que le otorgaba el derecho a explorar esa parte del océano Atlántico, tal y como establecía el Tratado de Tordesillas.

Sin embargo, debido a que la escritura de donación a Corte-Real no menciona este motivo, muchos historiadores creen que Frutuoso, escribiendo 120 años después, confundió las consecuencias de este nombramiento con la causa.

Que Vasco Anes Corte-Real tenía derechos familiares sobre Labrador ( Terra Corterealis) sostiene, tampoco prueba pretensiones desde 1473, porque el rey había concedido a Miguel Corte-Real el privilegio de la propiedad privada de los descubrimientos.

Estas leyendas y contactos con Groenlandia hacen que no se descarten avistamientos o desembarcos individuales en la Edad Media en Labrador.

Conocida por su resistencia en climas fríos y capacidad para prosperar en suelos pobres en nutrientes; la Picea blanca (Picea glauca) que se encuentra en áreas ligeramente más templadas y húmedas en comparación con la picea negra; el abeto balsámico (Abies balsamea) a menudo se encuentra en bosques mixtos con piceas, especialmente en las partes sur de Labrador.

En cuanto a áboles caducifolios, abundan el álamo temblón (Populus tremuloides) que es común en áreas protegidas, junto con otras especies de álamos y el abedul blanco (Betula papyrifera) especialmente se encuentra en valles fluviales y áreas más protegidas donde los niveles de humedad son más altos.

[14]​ Diversas flores silvestres pueblan las praderas, tal como la hierba de San Juan (Chamerion angustifolium) comunes en áreas perturbadas y a lo largo de las carreteras, con sus flores rosadas púrpuras vibrantes; la rosa silvestre (Rosa acicularis) que se encuentra en bosques abiertos y praderas, proporcionando alimento y refugio para diversas especies de vida silvestre y la amapola ártica (Papaver radicatum) una planta perenne resistente que florece en el corto verano ártico.

[14]​[15]​ Diversos mamíferos de porte importante habitan la península de Labrador, ellos son el caribú (Rangifer tarandus) una especie clave para el ecosistema boreal, con subespecies migratorias y de bosque que se encuentran en Labrador; el alce (Alces alces) común en áreas boscosas, alimentándose de vegetación acuática en lagos y ríos; el oso negro (Ursus americanus) que se encuentra en toda la península, principalmente en áreas boscosas y menos pobladas; el zorro ártico (Vulpes lagopus) adaptado a climas fríos, con un pelaje blanco para el camuflaje en invierno; y el lince canadiense (Lynx canadensis) el cual prefiere los bosques boreales densos y se alimenta principalmente de liebres americanas.

Una ladera en Nain , costa este de la península en un día de otoño de septiembre de 2008
Mapa del mundo 1606–26 que muestra Terra de Labrador, Terra Corterealis y Terra Nova de Bacalaos de la costa noreste de América del Norte.