Pedro Cifuentes

El Cabildo decidió convocar unas oposiciones a la que se presentaron diez aspirantes:[5]​ Los participantes enviaron sus obras para que el organista Manuel Fernández Troche las evaluase y ensayase con la capilla de música.

[3]​[6]​[4]​ En 1779 «el cura de Fruime», Diego Antonio Cernadas y Castro, publicó dos poemas mencionando a Cifuentes:[7]​

Estábamos, segun él nos tenía corrompidos, hechos todos un vinagre, y aun no era preservativo.

No hallaba á su sed remedio pues con los muchos estios, secaron por esta tierra todas las fuentes del Pindo.

Butron fuese al otro barrio, Salgado sigióle el hilo, Ribera se sepultó, y cerca anda Rubiños.