[1] Abandonó España en 1603 para regresar a Nápoles, donde se convirtió en sacerdote y cantor en la Basílica de la Santissima Annunziata Maggiore.
La estudiosa Judith Etzion considera esta obra el inicio de la leyenda negra española en la historiografía musicológica occidental.
Describe con detalle cómo puede un compositor conseguir intensidad expresiva al escribir misas, motetes, salmos, cánticos, himnos, lamentaciones, recercadas, tientos, madrigales, canzonette, frottole, strambotti y otras formas musicales de la época.
Ilustra sus argumentos con ejemplos que muestran tanto su propia habilidad compositiva como su profunda familiaridad con el repertorio musical del siglo XVI.
Su ideal compositivo era el estilo de Palestrina aunque, curiosamente recomendaba que las normas del contrapunto se abandonasen tan pronto como el compositor hubiera aprendido su oficio.