[6] Estos siete hombres entran en función, al igual que los presbíteros, por la imposición de las manos.
Es evidente que el ministerio que desarrollarían desborda rápidamente el servicio material (ejemplificado por el hecho de «servir las mesas» y «atender a las viudas»), puesto que luego predicarían, bautizarían, sanarían enfermos, relazarían exorcismos y a Felipe se le llegaría a calificar explícitamente de «evangelista» (Hechos de los Apóstoles 21:8).
[4] Por lo tanto el diaconado es, en sus orígenes cristianos, un ministerio cuyas funciones no resultan fáciles de precisar.
El diácono permanente debe ser considerado hombre «probo» por la comunidad, caritativo, respetuoso, misericordioso y servicial.
El sacramento del Orden confiere un carácter espiritual indeleble y no puede ser reiterado ni ser conferido para un tiempo determinado.
[11] De acuerdo con la tradición oriental, no se le permite administrar los sacramentos por cuenta propia, con excepción del bautismo in extremis (en peligro de muerte), situación en la que cualquier cristiano con recta intención, incluyendo un laico, puede bautizar.
Al participar en un bautismo normal, el diácono es a menudo quien se sumerge en el agua junto con la persona que es bautizada (Hechos 8:38).
En la práctica griega moderna, un diácono lleva este orarion doble desde el momento de su ordenación.
Además, en la práctica griega, lleva el kamilavka clerical de forma casi cilíndrica, que cubre la cabeza.
El diácono casado no usa un kamilavka a menos que se lo haya otorgado el obispo como un premio eclesiástico.
Los protodiáconos y los archidiáconos utilizan un orarion doble, aunque no es la tradición local de todos los diáconos el usarlo.
En la tradición eslava un diácono puede ser honrado con el orarion doble, aunque no sea un protodiácono o un archidiácono.
Sin embargo, hay algunos diáconos que no reciben a posteriori la ordenación sacerdotal (permanentes).
[13] Un diácono anglicano lleva vestimenta: dalmática, sobrepelliz y estola sobre el hombro izquierdo.
Sin embargo, en la liturgia, los diáconos llevan por lo general una estola sobre su hombro izquierdo, que se fija en el lado derecho de su cintura.
También cooperan con el pastor y los ancianos con el fin de que las reuniones llevadas a cabo en la iglesia se desarrollen sin contratiempos.
Después de la Cena del Señor, los diáconos y las diaconisas han de ejercer mucho cuidado en cuanto al destino dado a cualquier resto del pan o el vino que haya sobrado, que deberá ser desechado con el debido respeto.