Tomás Luis de Victoria

Su influencia llega hasta el siglo XX, cuando fue tomado como modelo por los compositores del cecilianismo.

Tanto su profesión como la especulación inmobiliaria, así como la creciente participación de la familia en la banca, sugieren fuertemente unos orígenes conversos, aunque no hay evidencia sólida que lo respalde.

Esto fue sólo un revés temporal, y los Victoria pronto recuperarían su equilibrio, involucrándose más en la banca, en asociación con sus primos Suárez de la Concha y otros afincados en la capital financiera de Castilla en ese momento, Medina del Campo.

Posteriormente, a la edad de 19 años, decidió partir a Roma, entrando en el Colegio Germánico para consolidar su vocación sacerdotal y profundizar sus conocimientos musicales, esta vez, gracias al conocido compositor Palestrina.

Una vez allí, coincide con varios paisanos españoles, los cuales le explicaron el funcionamiento del Colegio.

Sin embargo, un dato curioso es que durante esta etapa (1569-1572) no se sabe con claridad quién fue su maestro.

Todas estas obras quedaron guardadas en la Catedral de Ávila, pero, desgraciadamente, hoy no se conserva ninguna.

Además le dedica dos libros de misas a cuatro, cinco y seis voces.

Ciertamente entiendo y confieso que tan gran Príncipe es harto más digno de mejores dones, es, sin embargo, muy propio de la real clemencia mirar en los inferiores y en los pequeños no el regalo, sino el corazón.

Ni es tampoco posible que esté en relación con la dignidad regia la liberalidad privada.

Según la documentación aportada por Ángel Manuel Olmos, las razones por las que podría haber vuelto a España no fueron musicales o profesionales, sino por el interés de acudir a la apertura del testamento de su tío homónimo.

Tal era la estima en la cual era tenido que se le permitía viajar frecuentemente fuera del convento.

Su característica repetición del mismo acorde sobre distintas sílabas distinguirá sus obras de “batalla”, tientos y misas, que culmina en la Misa “Pro victoria” o misa de “La Batalla”, escrita para satisfacer los gustos musicales profanos del príncipe Felipe III por lo que el Cabildo de la Catedral abulense devolvió a Victoria el ejemplar recibido por no considerar apropiada su interpretación en este recinto.

Esta magistral misa fue elegida por la Casa Real española para la ceremonia de la boda del rey Felipe VI y Doña Letizia.

Felipe III le reconoce oficialmente en una disposición ser organista de "habilidad y suficiencia” como organista, virtudes exigidas por el rey para poder desempeñar tal puesto en la iglesia de las Descalzas Reales, y que podrían explicar también su afición a escribir obras policorales con acompañamiento.

El tercer libro de composiciones, fundamentalmente polifónicas, se imprime en Roma por Francisco Zanetto en el año 1581 y está dedicado al Cardenal Michele Bonelli, sobrino del Papa Pío V.

Magnificat a 4 voces En ese mismo año (1581) se publicó, por el editor Francisco Zanetto en Roma, otro libro dedicado al papa Gregorio XIII.

Es en 1585 cuando Victoria publica su grandioso oficio de Semana Santa (Officium Hebdomadae Sanctae), calificado por Haberl como la obra maestra del autor.

Feria V Feria VI Benedictus, Misere, ut supra Sabato Sancto Además del libro relacionado con la Semana Santa, Victoria publica en el mismo año un libro de motetes, que dedica al duque de Saboya, Carlos Manuel I.

En 1592 se publica en Roma con dedicatoria al Cardenal Alberto un libro de Victoria, que contiene las dos antífonas Asperges, e Domime y Vidi aquam y las Misas de Magnum mysterium.

Esta edición también fue enviada por Victoria a numerosas catedrales e instituciones, entre ellas la Catedral de Ávila, cuyo maestro de capilla en 1601, Vivanco, la rechaza, curiosamente, "por no ser a propósito".

Son 53 composiciones a cuatro, cinco, seis, ocho y doce voces.

Una vez más, no hay constancia de que Victoria tenga control sobre esta edición.

Dichos salmos están escritos a cuatro voces, para ser cantados en alternatim.

«Missa alma redemptoris», en Misas, magníficat, motetes, salmos y otras varias composiciones , Madrid, tipografía regia, 1600.
Tomas Luis de Victoria, Officium Defunctorum (1605).