Partita para violín solo n.º 3, BWV 1006

Esta partita es quizá la más exuberante y alegre de las tres que componen el libro.

[2]​ Para Nicholas Anderson es la más accesible de las seis obras para violín solo.

La de Bach es quizás una danza menos pesada que el loure medio.

La alegre y pegadiza melodía de la gavota se toca cinco veces en total, seis si se cuenta la repetición de los ocho compases iniciales.

Logra cautivadores efectos a partir de los contrastes dinámicos cuidadosamente marcados por Bach.

[2]​ Aporta a la partita una conclusión cálidamente expresiva y cordial.

[6]​ El Preludio también fue transcrito por Bach en dos ocasiones:[3]​[7]​ En 1933 Serguéi Rajmáninov transcribió para piano (y posteriormente grabó) las siguientes partes: Preludio, Gavotte y Gigue de esta partita (como TN 111/1).

Bach hacia 1720.
Primera página del Preludio en la partitura autógrafa de 1720.