Tejido adiposo

El tejido adiposo, por un lado, cumple funciones mecánicas: servir como amortiguador, proteger y mantener en su lugar tanto a los órganos internos así como a otras estructuras externas del cuerpo, y funciones metabólicas: generar grasas para el organismo.El citosol y el núcleo quedan reducidos a una pequeña área cerca de la membrana.La grasa de las células se encuentra en estado semilíquido y también está compuesta fundamentalmente por triglicéridos.La grasa varía de consistencia, es decir puede ser encontrada tanto en estado líquido como sólido.El tejido adiposo está localizado en regiones específicas, las cuales se conocen como depósitos de adipocitos.Este estroma está formado por preparatoria-adipocitos, fibroblastos, macrófagos de tejido adiposo, y células endoteliales.[1]​ Bajo condiciones normales, brinda estímulo de hambre y saciedad al cerebro.El depósito del mesenterio forma una red de tejido que sirve de sostén para los intestinos; y por último, el depósito omental, el cual se origina cerca del estómago y el bazo, cuando crece anómalamente se extiende hasta el abdomen.Ambos depósitos almacenan tanto tejido linfoide como ganglios linfáticos y glóbulos blancos respectivamente.[2]​[3]​[4]​ En personas con obesidad mórbida, el exceso de tejido adiposo[5]​ que cuelga hacia abajo desde el abdomen es referido como panículo.Un exceso de grasa visceral es conocido como obesidad central, la cual sobresale del abdomen.[12]​ La hormona del sexo femenino provoca que la grasa sea almacenada en muslos, glúteos y caderas de las mujeres.Cuando las mujeres llegan a la menopausia y la producción de estrógeno en los ovarios disminuye, la grasa emigra de los muslos, glúteos y caderas a sus cinturas;[15]​ que después será almacenada en su vientre.[16]​ Los ejercicios de alta intensidad es una forma efectiva en la cual la grasa abdominal puede ser reducida.[19]​ El tejido adiposo epicardial (EAT, Epicardial Adipose Tissue) es una forma particular de grasa visceral depositada alrededor del corazón y reconocida como un órgano activo del metabolismo que genera varias moléculas bioactivas, las cuales pueden afectar de forma significativa a la función cardiaca.[22]​ Esta grasa subcutánea no está relacionada con algunas de las patologías clásicas relacionadas de la obesidad, así como enfermedades del corazón, cáncer, y accidente cerebrovascular (CVA); e incluso, algunas evidencias sugieren que puede tener función protectora.Este proceso termogénico puede ser vital en los recién nacidos expuestos al frío, que a su vez requieren de esta termogénesis para mantener el calor, ya que son incapaces de temblar, o realizar otras acciones para mantenerse calientes.Hasta hace poco tiempo se pensaba que el tejido adiposo marrón estaba limitado principalmente a la etapa infantil en los seres humanos, pero la nueva evidencia ha anulado esa creencia.El tejido metabólicamente activo presenta respuestas de temperatura similares a las del tejido adiposo marrón, esto se registró por primera vez en el cuello y el tronco de algunos adultos humanos en 2007,[31]​ y la presencia de tejido adiposo marrón en los adultos humanos se verificó posteriormente histológicamente en las mismas zonas anatómicas.Esta hipótesis ha sido desacreditada por los antropólogos físicos, fisiólogos y el autor de la propuesta original.[35]​ En 1995, Jeffrey Friedman, en su residencia en la Universidad Rockefeller, descubrió la leptina, proteína que al ratón genéticamente obeso le faltaba.Los ratones que carecen de esta proteína comen hasta cuatro veces su tamaño normal.[38]​ Los defectos genéticos en el gen de la leptina (ob) son poco frecuentes en la obesidad humana.En ese estudio, el aumento de la actividad del gen adiposo se asoció con animales más delgados.Diferentes medidores utilizan varios métodos para determinar la grasa corporal, en relación con el peso.
Imagen por microscopía óptica de un corte de tejido adiposo blanco subcutáneo (tinción con hematoxilina-eosina: obsérvese el aspecto vacuolado de las células que han perdido su contenido lipídico durante la preparación histológica).
El ratón obeso en la izquierda tiene grandes depósitos de tejido adiposo. En comparación, un ratón con una cantidad normal de tejido adiposo es mostrado a la derecha.
Grasa abdominal en un adolescente masculino.
Grasa subcutánea en el abdomen de un adolescente masculino con sobrepeso.
Sección de grasa parda intraescapular de ratón vista al microscopio electrónico.