Palacio del Té

Este paraje verde donde se erigió era conocido como Tè, nombre cuya etimología no está clara.

La fachada oriental difería de las otras tres por tener motivos paladianos en su pilastra y una loggia abierta en su centro más que un arco en el patio.

El centro de las fachadas septentrional y meridional están recorridas por arcos en dos plantas sin pórtico ni frontón, simplemente un camino cubierto que llevaba al interior del patio.

Una vez que estuvo terminada la estructura del edificio, durante diez años un equipo de escayolistas, tallistas y fresquistas trabajaron, hasta que a duras penas ninguna superficie de las galerías y los salones quedaron sin decorar.

Bajo la dirección de Giulio Romano trabajaron pintores decorativos locales como Benedetto Pagni y Rinaldo Mantovano.

Estos frescos permanecen actualmente y son el rasgo más destacado del palacio.

El palacio fue pensado para recreo diario y fiestas, sin dormitorios ni demás dependencias para un uso como vivienda.

Con destino a este palacio, se encargaron al pintor Correggio cuatro importantes cuadros mitológicos de atrevida sensualidad: Júpiter e Ío, El rapto de Ganímedes, Leda con el cisne y Dánae, si bien pronto fueron regalados al emperador Carlos V.

Palacio del Té.
"Loggia d'onore". Photo de Paolo Monti
Variaciones sobre la entrada de tipo « serliana » se desarrollan por todo el edificio.
En el cortile algunos de los triglifos del friso parecen haberse caído de su posición original.
El más famoso fresco del manierismo : el ilusionismo de Giulio Romano inventa una cúpula por encima y disuelve la arquitectura de la habitación en la Caída de los gigantes .