El rapto de Ganimedes
En esta obra y en Júpiter e Ío, Correggio alcanza la cima de sus posibilidades artísticas.[1] Esta pintura fue pintada como pieza que acompañaba a Júpiter e Ío, también en el museo de Viena.En la mitología griega, Ganimedes era un hermoso príncipe troyano, hijo del mismo epónimo Tros (o de Laomedonte, según otras fuentes).Tanto este perro como las rocas que están formadas por numerosas líneas verticales subrayan la idea de movimiento ascendente.El formato del cuadro, estrecho y alto, es idóneo para representar estas imágenes de ascensión.