En español se emplean varios términos para designar este accidente, como caída, salto, cascada, catarata, torrente, rápido o chorro, sin que estén claramente definidos ni científicamente determinados.
También se emplean voces de otros idiomas, como cachoeira, chute o waterfalls.
Las caídas de agua son sistemas dinámicos que varían con las estaciones y con los años, aunque esto último solo se hace perceptible a escala geológica.
[1] Las aguas que se precipitan desde lo alto de una cascada no adquieren gran velocidad durante su caída debido a la resistencia del aire y a que se dividen en numerosos chorros o saltos.
En ese momento de retroceso, la cascada pierde progresivamente su altura, y el salto violento del perfil longitudinal es reemplazado por una bajada rápida, pero menos brusca.
Estos depósitos recubren rápidamente las paredes y el punto de caída, compensando, a veces, la acción erosiva.
Algunos ríos fluyen a veces sobre un gran paso en las rocas que puede haberse formado por una falla geológica, desplomándose al fondo de la misma.
No siempre son tipos excluyentes y muchas veces algunas caídas pueden clasificarse en más de un tipo, que además puede cambiar según el volumen de agua que lleve.
Los tipos principales son: Algunas de las cataratas más importantes del mundo,[7] en orden alfabético, son las siguientes: Algunas cascadas se construyen con medios artificiales en interiores como elementos decorativos, siendo la mayor la que está en el vestíbulo del Centro Internacional de Detroit.