Nombre

Los nombres pueden ser comunes o propios: si son comunes, señalan objetos abundantes, similares e idénticos, por ejemplo, "hombre"; si son propios, al menos en intención señalan personas, animales u objetos únicos e individuados, o que se quiere lo sean, por ejemplo, "Sócrates"; en este tipo de nombres se pierde o no importa demasiado desde un punto de vista pragmático el elemento del Triángulo de Ogden y Richards conocido como significado, que por ello se reduce a ser solamente un segmento en que se unen y oponen significante y referente.Los nombres pueden venir acuñados ya por la tradición o ser creados para describir una nueva realidad (neologismos).Las diversas disciplinas científicas necesitan catalogar las realidades que van descubriendo y, para ello, necesitan una taxonomía clara que las provea de una nomenclatura o escala onomástica para clasificar en un orden regular de más general a más concreto las denominaciones comunes.Los animales y plantas son conocidos por un nombre común, el cual puede variar según el idioma, la cultura, la geografía, etc.Los nombres propios se aplican también a animales u objetos que tienen una significación especial, bien sea simbólica o real.Tienen relevancia los nombres propios referidos a la nacionalidad, ideología, religión, etc., pues adquieren un elevado papel simbólico-sentimental.Tan es así que el nombre registrado, junto al logotipo, puede llegar a ser un valor importante en los activos de una empresa.La onomástica se ocupa de los nombres propios, básicamente en su contexto histórico y su origen etimológico.Hay autores que también añaden otros pares como enumerals y 'pluralia tamtum' o animados e inanimados.