Al contrario que otras sales de plomo(II), es soluble en agua.
Su producción comercial no empezó en Europa hasta el siglo XIX —en Estados Unidos hasta 1943— mediante un proceso de producción típico, que utiliza plomo metálico u óxido de plomo(II) en ácido nítrico.
Por tanto, debe ser manipulado y almacenado con las condiciones apropiadas de seguridad.
El nitrato de plomo(II) se disuelve en agua para dar una solución clara e incolora.
Sorprendentemente, no se forma Pb(OH)2 simple hasta llegar a un pH de 12.
[10] La estructura cristalina de este compuesto muestra que la cadena PEO está enrollada en torno al ion plomo en un plano ecuatorial, de manera similar a un éter corona.
El mismo fenómeno se verifica en los compuestos de plomo que tienen como ligando el imidazol.
El compuesto se obtiene normalmente disolviendo plomo metálico u oxidado en una solución acuosa de ácido nítrico.
Los compuestos de plomo son conocidos por ser venenos lentos y acumulativos: más del 90% del plomo absorbido se fija en los tejidos óseos, y sólo se elimina en un largo período de varios años.
La exposición al plomo durante el embarazo ha estado siempre ligada a tasas elevadas de aborto espontáneo, malformaciones fetales y recién nacidos de poco peso.
Dada la naturaleza acumulativa de la toxicidad del plomo, los niños y mujeres embarazadas no deberían exponerse a compuestos solubles de éste, lo que es un requisito legal en numerosos países.