Néstor García Gómez
[3] Primero en un horno de ladrillos, donde lo echaron por su trabajo sindical y luego en el puerto local, como changarín.[2] Finalmente representantes de la Curia se presentaron en el lugar y también concurrieron fuerzas policiales.El Obispo reaccionó notificándolos al día siguiente que los suspendía a divinis.Esta situación dio como consecuencia que muchos religiosos sufrieran distintas formas de represión e incluso algunos fueran secuestrados y desaparecidos.[4] Un diario local informo por esa fecha afirmó que los sacerdotes “habían realizado una reunión con fines subversivos”.[5] La “Iglesia de los pobres”, que no tuvo manifestaciones llamativas a nivel documental en el Vaticano II pero estuvo presente en el evento conciliar y mucho más en Medellín, había sido asumida como postura central del grupo rosarino.