[1] Inicialmente se construyó una pequeña ermita y posteriormente se fundaron dos convento: uno poco después de la aparición o hallazgo de la imagen (siglo XIII, principios) y otro tras la riada que arrasó el primero (siglo XVII, principios), distinguiéndose a los efectos dos santuarios: El primer santuario se levantó en el entorno geográfico inmediato a donde dice la tradición se produjo la «aparición» o «manifestación» de la Divinidad –un autor del siglo XVIII (1779), escribe-:Mandó venir el prior a Guillermo Escoto, «quien obedeció puntual, y vino a fundar el Convento primitivo, que fue cerca del sitio donde se apareció la Virgen, y donde aún se registran sus cimientos».[3] Tanto puede interpretarse así que entre el santuario, la naturaleza y el hombre se produce una síntesis –Martínez García (2002), citando a Maldonado (1985)-:Acerca de la ubicación del primitivo complejo conventual existen los relatos de los historiadores antiguos, que indican un lugar aproximado, con referencias poco precisas, proponiendo que pudo ser sobre el solar o en un lugar próximo donde se construyó la ermita inicial, erigida a «unos cien pasos del texo» donde se produjo la aparición,[4] un «lugar estrecho, sombrío y expuesto a las avenidas» del río Ojos de Moya.[6] Propiamente, sin embargo, solo la prospección arqueológica reglada podrá dar respuesta definitiva al enigma del lugar correcto.La obra contó con el beneplácito y la ayuda material del obispo de Cuenca, futuro san Julián, que falleció al año siguiente (1208).
Detalle de púlpito en la iglesia
Detalle de escudo con la cruz trinitaria -Trinitas Gloria Tibi- en el frontis de la fachada meridional