[1] En ese momento no estaba en la Argentina, sino que había sido enviado a España en misión diplomática.
En la práctica, este estaba proscrito, pero el gobernador Roque Ferreyra nombró su ministro a Luque.
Llevó a cabo una gestión bastante ordenada, pero jaqueado constantemente por los unitarios, que no lo dejaban en paz.
Pero el general Emilio Conesa avanzó sobre la ciudad y lo obligó a rendirse doce días después de su pronunciamiento.
Por un tiempo intentó mantener en funcionamiento su partido, pero finalmente lo fusionó con el PAN que, desde Buenos Aires, dirigía Adolfo Alsina.