Si bien al principio los escritos estaban destinados solamente a los niños de los asentamientos militares en la India, el público británico también los recibió con entusiasmo.
Quentin para Niñas en la abadía de Reading, la misma escuela a la que había asistido Jane Austen.
La compañía finalmente aceptó su petición porque había un apoyo social y político hacia los programas de misiones religiosas en la India.
La primera escuela comenzó con trece niños y llegó a tener cuarenta, siendo los más chicos preadolescentes; también asistían soldados que no habían recibido una educación.
El capitán Sherwood, a quien se le había rebajado su sueldo, abrió una escuela en Henwick, Worcestershire.
Al mismo tiempo, escribió cientos de panfletos, novelas y otros libros para niños, aumentando su popularidad tanto en los Estados Unidos como en Gran Bretaña.
La historia de Henry Milner (1822) fue uno de sus libros más exitosos; los niños le enviaron cartas expresándole cuánto les había gustado el libro, rogándole que escribiera una secuela —uno incluso le envió sus «lápices ornamentales» para que lo hiciera—.
[26] Para la década de 1830, los Sherwood habían alcanzado una mayor prosperidad, por lo que decidieron viajar por el continente.
Al igual que los panfletos de Hannah More, la novela está diseñada para enseñarles moralidad a los niños más humildes.
[32] Al lector se le recuerda constantemente el «precio del pecado», ya que Susan relata su historia desde su lecho de muerte.
Otro narrador, aparentemente Sherwood, interrumpe varias veces la historia para advertirles a sus lectores sobre acciones particulares, como convertirse en una «mala mujer».
En 1816, Sherwood publicó una versión revisada y «mejorada», a la cual Sarah Trimmer criticó positivamente en The Guardian of Education.
[39] Para Sherwood, las lecciones más importantes enfatizan «la fe, la resignación y la obediencia implícita a la voluntad de Dios».
[40] En su adaptación de la obra El progreso del peregrino (1678) de John Bunyan, representa al pecado original mediante un niño llamado «In-bred Sin» («Pecado innato») quien tienta a los peregrinos jóvenes en su camino hacia la Ciudad Celestial (el Cielo).
[42] Esta alegoría religiosa, aunque no siempre estuvo tan clara, continuó siendo un recurso literario frecuente de Sherwood.
[40] Los esfuerzos de Mary para hacer más atractiva a la religión mediante la literatura infantil no siempre eran bien recibidos entre la comunidad evangélica: La revista evangelista criticó con dureza sus Historias explicativas del catequismo eclesiástico (1817), reclamando que se basaban demasiado en los cuentos ficticios entretenidos para los niños y muy poco en su mensaje religioso.
[44] Demers se ha referido a esta «doble visión consciente» como un elemento romántico esencial en los libros de Sherwood.
[45] La obra en la que esto es más evidente es La historia de la familia Fairchild, cuya primera parte se publicó en 1818.
[46] La familia Fairchild cuenta la historia de una familia que busca ser buenos cristianos y consiste en una serie de lecciones impartidas por los Fairchild a sus tres hijos (Emily, Lucy y Henry) intentando no sólo que sus almas sigan la orientación adecuada hacia el Cielo, sino que también tengan la moralidad terrenal correcta (la envidia, la gula, la mentira, la desobediencia y las peleas son inmorales).
[52] Aunque si bien el libro fue popular, algunos restos de evidencia han sobrevivido sugiriendo que los lectores no siempre lo interpretaban como Sherwood quería.
[61] Para respaldar sus afirmaciones, cita a los Cheap Repository Tracts, muchos de los cuales fueron escritos por Hannah More.
Como explica Linda Peterson, una especialista en literatura femenina del siglo XIX, los tratados usan «un marco interpretativo» para resaltar la fugacidad de los bienes terrenales.
Julia, emocionada, elige, entre otras cosas, botas de satén azul, un cortaplumas, y un sombrero nuevo con flores, hasta que llegan a una funeraria.
Durante la década de 1820 en Gran Bretaña, los católicos querían mejores derechos civiles, razón por la cual Sherwood escribió sus ataques más sostenidos hacia ellos.
[67] El peregrino hindú, aunque nunca se publicó en la India, fue popular en Gran Bretaña y en Estados Unidos.
Usando un análisis poscolonial, Nandini Bhattacharya enfatiza la compleja relación de Sherwood como evangelista y su colonialismo.
Por ejemplo, Bebés adivinos (1826), inspirado quizás Guy Mannering (1815) de Walter Scott enfatiza las «relaciones humanas».
[72] En 1835 Sherwood publicó la novela Caroline Mordaunt, la cual narra la historia de una joven que se ve obligada a ser institutriz.
[78] Sin embargo, las historias de Sherwood prepararon el terreno literario para escritores como Charles Kingsley y Charlotte Yonge.
Incluso se ha sugerido que John Ruskin usó a Henry Milner como la base para su imaginativa autobiografía Praeterita (1885-89).