Martín de Loynaz
[9] Entre otros destinos, desempeñó sus tareas administrativas en Cataluña, Mallorca,[10] Ibiza, Cerdeña –donde fue hecho prisionero por los austriacos durante la conquista española de Cerdeña (1717)[11]– Valencia, Canarias (1721-5)[12] y en Cuba,[13] donde es enviado en 1726.[14] Fue nombrado director general de la Renta del Tabaco en 1739.[15] Entre 1740 y 1744, siendo ya uno de los dos directores generales de la Renta, la «energía» con la que implanta sus medidas llevan a los cigarreros a plantarse, al no aceptar estos su regulación.[16] Más tarde, desempeñaría un papel destacado durante las discusiones previas al Catastro de Ensenada.[17] Sus obras publicadas incluyen la «Instrucción para la subrogación de las Rentas Generales», aparecida en la reedición[18] de Miscelánea económico-política (1749), de Miguel de Zabala y Auñón,[19] en la cual señalaba los inconvenientes del catastro catalán, el cual había demostrado no ser equitativo y, por otro lado, estaba sujeta a las eventuales corruptelas que podrían producirse en una declaración jurada[18] realizada por cada declarante respecto a sus bienes.