La ordenó construir el rey Felipe IV para sustituir a las anteriores cercas, las de Felipe II y del Arrabal, que habían sido superadas ya por el crecimiento de la población.
En 1625, Felipe IV mandó construir otra nueva cerca empleando para ello ladrillo, argamasa y tierra.
Puertas y portillos tomaron los nombres de edificios cercanos.
En 1650 ya abarcaba la Montaña del Príncipe Pío, el Buen Retiro y la ermita de Atocha.
Corresponde a todo el actual distrito Centro más el parque del Retiro y el barrio de los Jerónimos.
La cerca fue parcialmente rehecha en el siglo XVIII y se derribó en 1868, durante la Gloriosa, al ser considerada un símbolo isabelino.
[2] En 2009, se encontró un nuevo tramo durante las obras de la calle Serrano.