El marquesado de Cuéllar es un título nobiliario español de carácter hereditario que fue concedido por Carlos I de España en 1530 a Francisco Fernández de la Cueva y Girón, hijo primogénito de Beltrán de la Cueva y Toledo, duque de Alburquerque, y con el título ya aparece sirviendo al citado emperador en las jornadas de África y Túnez.
[1] Desde el año de 1530 será el título que ostentarán los herederos del ducado de Alburquerque en vida de sus padres, y en 1562 el rey Felipe II de España reconoció el marquesado como título del reino.
Hace referencia a la villa de Cuéllar, en la actual provincia de Segovia, y abarca todos los municipios pertenecientes a la Comunidad de Villa y Tierra de Cuéllar.
Comienza entonces una etapa de señorío particular para la Villa, que siempre había pertenecido a la Corona.
Desde este momento y hasta las Cortes de Cádiz que abolieron los señoríos jurisdiccionales, la Villa permanecerá en manos de esta familia.