Estudió en la Universidad Mayor Real y Pontificia San Francisco Xavier de Chuquisaca, en la que se doctoró en leyes.
Tenía vínculos comerciales en Buenos Aires, y amistad con varios abogados independentistas en esa ciudad.
Su principal tarea fue militar, asegurando la llegada de tropas, cargas y correspondencia al Ejército del Norte, que operaba en el Alto Perú.
Durante los años siguiente fue asesor letrado del cabildo de la ciudad, y colaboró en el Éxodo Jujeño.
Gordaliza organizó un regimiento de milicias para unirlo al Ejército del Norte, pero éste permaneció en Jujuy.
La derrota de esta revolución lo obligó a exiliarse en Tarija, donde fue acogido por la población y no fue molestado por los realistas.
No abandonó la provincia cuando ésta fue dominada por los federales, pero tampoco volvió a tener actuación política.