[5] Al año siguiente se le concedió una prórroga otorgada por el Ministerio Nacional de Bellas Artes, que además de Francia se hacía extensiva a Bélgica, Bretaña e Italia.Allí coincide con otras artistas como: Teresa Condeminas, María Corredoira, Maria Muntadas Pujol, Antònia Ferreras Bertran, Mercedes Padró y Grané, Marisa Roesset Velasco, Elena Verdes Montenegro o Eva Aggerholm, entre otras.La pintora fue seleccionada junto con otros pintores, entre los que destacaban: Pérez Rubio, José Frau y Prieto y Joaquín Valverde que disfrutaron de su estancia durante el verano.La residencia se clausuraba con una exposición en la Sociedad Amigos del Arte donde la pintora obtiene el primer premio destacándose sobre sus compañeros, con su obra “Un rincón de la iglesia”.En sus primeras exposiciones llevadas a cabo cuando aún se encontraba estudiando en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado, ya despertó el interés de la crítica, cuya obra nos los dejaba indiferente.Descubre entre sus pinceladas una clara influencia en sus paisajes de Rusiñol en la temática, el estilo y la composición.[13] En la exposición llevada a cabo en 1921 Ramón José Izquierdo la revela como una artista indiscutible de primera línea, con gran maestría en la interpretación del natural.Al año siguiente, esta última, vuelve a destacar la obra de Pérez con la publicación del cuadro Amanecer en Aranjuez.