Desde el principio apoyó el régimen constitucional nacido de La Pepa y creyó que el rey de España encabezaría la evolución que la patria necesitaba, pero decepcionado con Las Cadenas de Fernando VII apoyó a los liberales moderados permaneciendo siempre monárquico, motivo por el cual nunca se mezcló con la masonería propia de los liberales exaltados.
Sus acciones fueron mencionadas por Benito Pérez Galdós en sus Episodios Nacionales, exactamente en El terror de 1824.
En 1835 fue nombrado director general de Ingenieros, empleo que ocupó hasta su muerte.
Dio forma y sentido al Museo del Arma de Ingenieros.
Una sala del Museo de Ingenieros lleva su nombre.