El Rey elige y nombra los demás próceres del Reino, cuya dignidad es vitalicia.
La dignidad de Prócer del Reino se pierde únicamente por incapacidad legal, en virtud de sentencia por la que se haya impuesto pena infamatoria.
[1]Con distintas denominaciones y funciones, la institución parlamentaria que servía de Cámara alta continuó existiendo hasta 1931.
Su supresión por la Segunda República Española, y su no continuidad durante el franquismo vació el título de todo contenido efectivo en cuanto a poder político.
[3] Este último tipo estaba inspirado por el traje que el romanticismo atribuía a los antiguos ricoshombres de Castilla y Aragón.