Miguel Ricardo de Álava

Se incorporó a distintos barcos desde los que participó en múltiples acciones militares de la marina española contra Francia e Inglaterra: en Ceuta, el sitio de Toulon e Italia, lo que, junto a sus excelentes contactos familiares, le permitieron ascender con rapidez.

[3]​ Embarcado junto a su tío Ignacio en 1795 en una expedición que pretendía dar la vuelta al mundo, permaneció en América del Sur hasta 1800.

De regreso a España cumpliendo las órdenes que había recibido tres años antes, fue apresado por los ingleses.

Fue comisionado por las Juntas Generales de Álava para ser su representante ante las autoridades españolas y francesas.

Durante la estancia con el general inglés se trabó una profunda amistad entre ambos,[4]​ que le llevó a permanecer como delegado de las Juntas españolas en las unidades británicas, participando en distintas operaciones, entre las que destacan la de Talavera y la de Buçaco, gracias a la cual ascendió a Brigadier por recomendación expresa del propio Wellington.

En el norte proseguían las operaciones militares, y allí siguió dirigiendo diversos ataques, siendo herido en Dueñas.

Después fue elegido Presidente de las Cortes Generales en el Trienio Liberal, donde era Diputado por Álava.

Huyó a Cádiz, donde apoyó la destitución de Fernando VII entre los pocos diputados liberales que todavía resistían la ocupación.

Permaneció en el exilio, con el apoyo de la Corona inglesa, entre el Reino Unido y Francia, acudiendo a esta última sólo en ocasiones para tomar baños, hasta que en 1833 se le comunicó la firma de una amnistía que le permitía el regreso.

Finalmente, y no muy a su gusto, aceptó ser embajador en París, donde presentó un plan para que las tropas cristinas cruzaran la frontera francesa en su lucha contra el carlismo, se reabastecieran en el país vecino e impidieran los suministros que les llegaban a los carlistas.

La reina consorte francesa, María Amalia, le escribió sobre la futura boda de su hija y sobre otras preocupaciones familiares.

Por último, no debemos olvidar la profunda amistad con el duque de Wellington, antes referida.

El general, a caballo, en el Monumento a la Batalla, en la Plaza de la Virgen Blanca de Vitoria.
El general Álava retratado por William Salter.
El Duque de Wellington dirige a sus generales en la batalla de Waterloo . Álava, con la orden de Santiago en el pecho, es el segundo por la derecha. Cuadro de Jan Willem Pieneman , 1824.
Estatua de Miguel Ricardo de Álava como diputado general de la provincia, en la fachada del palacio de la Diputación Foral de Álava , en Vitoria