10Pero en la ciudad donde entréis y no os acojan, salid a sus plazas y decid: 11«Hasta el polvo de vuestra ciudad que se nos ha pegado a los pies lo sacudimos contra vosotros; pero sabed esto: el Reino de Dios está cerca».14Sin embargo, en el Juicio Tiro y Sidón serán tratadas con menos rigor que vosotras.31Bajaba casualmente por el mismo camino un sacerdote y, al verlo, pasó de largo.39Tenía ésta una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.40Pero Marta andaba afanada con numerosos quehaceres y poniéndose delante dijo: —Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en las tareas de servir?42Pero una sola cosa es necesaria: María ha escogido la mejor parte, que no le será arrebatada.La evidencia manuscrita "está bastante dividida, y no es fácil concluir lo que Lucas escribió realmente.[7] El Textus Receptus se refiere al 70,[11] pero otros textos críticos señalan la palabra δύο, dúo, como una posible adición.Franklin sugiere que en este Versículo, el "abrazo" del reino de Dios alcanza a quienes responden favorablemente al mensaje.En la segunda parte, el dicho se eleva a un clímax: una profundización de la emoción, una conclusión solemne.Como ejemplo de lugares que podrían no recibir a los discípulos, Jesús menciona las ciudades junto al lago, Corozaín y Betsaida.Estas comunidades judías presenciaron directamente las obras de Dios en Jesús pero no transformaron sus vidas.[27] «No lo dudes: tu vocación es la gracia mayor que el Señor ha podido hacerte.Aquí, Jesús expresa su alegría al ver cómo los humildes comprenden y acogen la palabra de Dios (v.Un abogado o 'experto en la ley' preguntó a Jesús qué debía hacer para heredar vida eterna.En respuesta, Jesús contó la historia de un viajero, presumiblemente judío,[32] que es golpeado, robado y dejado medio muerto en el camino.Esta parábola sólo se relata en este capítulo del Nuevo Testamento.[33] Algunos cristianos, como Augustino y John Newton,[34] han interpretado la parábola alegóricamente, con el samaritano representando a Jesucristo, quien salva al alma pecadora.La frase coloquial "buen samaritano", que significa alguien que ayuda a un extraño, deriva de esta parábola, y muchos hospitales y organizaciones benéficas llevan el nombre del Buen Samaritano.No obstante, mediante la parábola del buen samaritano, Jesús amplía el concepto de amor que se había limitado en un contexto legalista: el prójimo no es solo quien comparte algún tipo de afinidad con nosotros —ya sea parentesco, raza, religión, etc.—, sino cualquier persona que necesita nuestra ayuda, sin importar su raza o religión; el horizonte del amor se extiende para abarcar a toda la humanidad, hijos todos del mismo Padre Dios.Según la Ley de Moisés, el contacto con un cadáver causaba impureza legal.Con esta parábola, Jesús muestra —y el escriba lo reconoce— que las leyes no deben sofocar la misericordia.Por ello, no sorprende que desde los primeros siglos la parábola haya sido interpretada de manera alegórica.John J. Kilgallen sugiere que "Lucas ha desplazado la historia de Marta y María".[41].El evangelio menciona en varias ocasiones a los tres hermanos —Lázaro, Marta y María— con quienes Jesús mantenía una relación de amistad.Dentro de la Iglesia, existen diversas vocaciones, pero tanto la acción como la contemplación deben estar presentes en toda vida cristiana.