Leopold von Ranke

Influido por Barthold Georg Niebuhr, tenía mucho talento para construir narraciones sin sobrepasar los límites de la evidencia histórica, guiado por su máxima de "no juzgar los acontecimientos sino contar exactamente lo que sucedió"[1]​[2]​.Esto para evitar la incursión en especulaciones anacrónicas y sin evidencia que él atribuía a la historia de raíz más literarias o filosóficas.[3]​ Según Caroline Hoefferle, "Ranke fue probablemente el historiador más importante que dio forma a [la] profesión histórica tal como surgió en Europa y Estados Unidos a finales del siglo XIX".En Leipzig, se convierte en experto en filología y comienza a traducir textos de autores clásicos del latín.Como estudiante, los autores favoritos de Ranke eran Tucídides, Livio, Dionisio de Halicarnaso, Johann Wolfgang von Goethe, Barthold Georg Niebuhr, Immanuel Kant, Johann Gottlieb Fichte, Friedrich Schelling y Friedrich Schlegel.Entre 1817 y 1825, Ranke trabajó como maestro de escuela enseñando clásicos en el Friedrichs Gymnasium en Fráncfort del Óder.Ranke lee estas novelas y se queda fascinado, y se le ocurre leer cosas del pasado real para saber si el pasado era realmente así, descubriéndolo para sí aún más fascinante.Llevó a cabo la reforma agraria en Prusia, ya que este país se encontraba en un sistema feudal y él lo condujo hasta una modernización.No debe existir una teoría histórica, con esquemas previos que imponga sobre el pasado, como se hacía anteriormente.Cuando publicó sus primeras obras no se entendió en un principio sus postulados sobre la objetividad histórica por lo que fue atacado por otros historiadores como Heinrich Leo.[7]​ Ranke puso énfasis en la narración histórica, introduciendo ideas como la confianza en fuentes primarias, un énfasis en la historia narrativa y especialmente política e internacional (Aussenpolitik), y un compromiso para escribir historia "como realmente fue" (wie es eigentlich gewesen ist).Considerada en extremo crítica y sustancialmente escéptica, fue contestada ampliamente desde la historiografía católica del momento, en especial por el historiador Ludwig von Pastor y su monumental Historia de los Papas desde fines de la Edad Media.Sin embargo, estas tendencias sólo pueden describirse; no pueden, en última instancia, resumirse en un concepto".[cita requerida] En el siglo XIX, la obra de Ranke fue muy popular y sus ideas sobre la práctica histórica se fueron imponiendo en la historiografía occidental.A tan altos cargos no aspira esta obra: sólo quiere mostrar lo que realmente sucedió ('wie es eigentlich gewesen ist)".
Sello postal alemán de 1986