En otoño del año siguiente, Sybel aceptó un puesto en Marburgo, ciudad en la que también desarrolló una notable actividad política, adscrito al movimiento liberal.
[3] Durante su estancia en Múnich, en 1859 fundó la pionera Historische Zeitschrift, que dirigió hasta el final de su vida.
Una noticia menos favorable fue el fracaso del plan para la edición de las Actas del Reichstag, cuyos trabajos preparatorios había realizado el historiador Georg Voigt, apoyado por dos estudiantes de Sybel, Wilhelm Maurenbrecher y Hans Delbrück .
[4] También colaboró en la fundación del Instituto Histórico Alemán de Roma y supervisó la nunciatura papal durante años.
[6] En cambio, otros historiadores coetáneos a Sybel rechazaban esta consideración casi por completo, como es el caso de Johann Gustav Droysen.
Completó su labor historiográfica e ideológica con una monumental historia de la fundación del imperio, Die Begründung des Deutschen Reiches durch Wilhelm I. vornehmlich nach den preußischen Staatsacten (La fundación del Imperio alemán por Guillermo I, principalmente según las actas estatales prusianas), publicada en siete volúmenes entre 1889 y 1994.
Fue Sybel quien inició la controversia cuando, en una conferencia de 1859, calificó las medidas del Sacro Imperio Romano en la península itálica como «antinacionales».
En ese mismo año, Herrmann había publicado su obra Die österreichisch-preußische Allianz vom 7.
Al contrario que las sociedades históricas, vigentes en las universidades alemanas hasta la segunda mitad del siglo xix, los seminarios añadían a la labor investigadora una biblioteca institucional y presupuesto propio.
Sybel participó en el debate abierto durante la segunda mitad del siglo xix sobre la inscripción de mujeres en las universidades.