Leonardo Padura

Estas zonas de La Habana, muy ligadas espiritualmente a Padura, se verán reflejadas más tarde en sus novelas.

Pasó los seis años siguientes escribiendo largos reportajes sobre hechos culturales e históricos, que, como él mismo relata, le permitían tratar esos temas literariamente.

"Primero, porque me habían dado una experiencia y una vivencia que no tenía, y, segundo, porque estilísticamente yo había cambiado absolutamente con respecto a mi primera novela", explica Padura en una entrevista a Havana-Cultura.

Tiene también novelas en las que no figura Mario Conde, como La novela de mi vida (2002) o El hombre que amaba a los perros (2009), donde las críticas a la revolución cubana y el régimen estalinista alcanzan sus cotas más altas.

Al preguntarle por qué no puede dejar La Habana, el ambiente de su historia, ha dicho: “Soy una persona conversadora.