Técnicos en permacultura australianos y de otros lugares del mundo llegaron a Cuba para ayudar y enseñar sus técnicas a los agricultores locales, que pronto los pusieron en ejecución en campos cubanos por toda la nación.
La agricultura orgánica se impuso pronto por mandato del gobierno cubano, suplantando la vieja forma industrializada de cultivo tradicional.
La relocalización impuesta por la permacultura, y los modos innovadores de transformación del sector tuvieron que desarrollarse muy rápidamente.
La revolución cubana también se vio obligada a adoptar nuevas formas de gestionar el turismo para hacerlo más lucrativo, llegando a acuerdos con varias naciones de Europa occidental (especialmente España) y de Sudamérica en un intento por ganar las divisas extranjeras necesarias para sustituir el petróleo soviético perdido por los mercados internacionales capitalistas.
Por otro lado, la depreciación del peso cubano tras la crisis generó que aquellos que tuviesen familiares en el exterior, al enviar fondos, también tendrían más posibilidades de ingresos y solidez económica.
Las opciones para el ciudadano promedio quedaron cerrados a pesar de estas ciertas aperturas.
[2] La dolarización parcial aminoró el riesgo cambiario en los nuevos sectores emergentes de la economía incentivando la inversión extranjera.
[10] Asimismo, se estima que los niños y personas de edad avanzada reciben sólo 1450 calorías por día.
[10] Para Franco y colaboradores (2007) cada cubano adulto perdió entre un 5 % a un 25 % de su peso corporal durante el período 1990–1995.
[13][14][15] Aparecieron los primeros casos esporádicos entre 1991 y 1992 para luego progresar a ritmo exponencial[cita requerida] hasta mayo de 1993 con 30 000 pacientes.
En un artículo del American Journal of Epidemiology Franco (2007) publica datos que muestran que "durante el período 1997-2002, hubo una disminución en las muertes atribuidas a enfermedades de la civilización tales como la diabetes (51 %), enfermedad coronaria (35 %), accidente cerebrovascular (20 %) y otras causas (18 %).
[11] Entre las consecuencias negativas importantes según el Canadian Medical Association Journal (CMAJ) son un aumento del 60 % en la tasa de mortalidad materna ocasionada por complicaciones obstétricas comunes y un 43 % en la tasa de la mortalidad materna total.
[12] La CMAJ critica la publicación de la American Journal of Epidemiology de Franco por no tomar en cuenta otras repercusiones en la población como los efectos mentales y sociales argumentando que el hambre en Cuba durante el Período Especial fue causado por factores políticos y económicos propios de regímenes autoritarios bajo extremos racionamientos.
[12] Misma situación que obligó al gobierno aceptar donaciones norteamericanas de alimentos, medicinas y dinero en efectivo.
Además, en el período especial se ha visto un catalizador para que Cuba se esfuerce por un consumo más responsable de sus recursos, lo que se ha visto plasmado, entre otras cosas, en la llamada "Revolución energética" con la que se pretende alcanzar un equilibrio entre la producción energética y los recursos naturales por diversas vías (como, por ejemplo, sustituyendo bombillas incandescentes por unas de bajo consumo, o subvencionando electrodomésticos de bajo consumo, etcétera).
La crisis actual que vive Cuba hace recordar los peores momentos del Período Especial en la década de los 90.