Crisis financiera en Rusia de 1998

Esta crisis financiera se produjo en el contexto del comienzo de una desaceleración económica mundial.

Semanas después la crisis financiera se reanudó cuando el valor del rublo volvió a bajar.

El rublo empezó una caída libre, y los rusos buscaron frenéticamente la compra de dólares.

La inversión externa se precipitó fuera del país, y la crisis financiera provocó una fuga de capital sin precedentes en Rusia.

Este nombramiento devolvió la estabilidad política, porque se lo vio como un candidato comprometido capaz de arreglar las diferencias entre los grupos enfrentados en Rusia.

El 9 de octubre, Rusia, que también estaba sufriendo una mala cosecha, apeló a la ayuda humanitaria internacional, incluyendo alimentos.

La recuperación se debió en gran parte a la rápida subida en 1999–2000 de los precios mundiales del petróleo.

Además, puesto que la economía rusa operaba en gran medida mediante trueque y otros medios de intercambio no monetarios, el colapso financiero no tuvo un impacto tan grande en muchos productores como podría haber tenido en una economía dependiente del sistema bancario.

Por primera vez en muchos años, el desempleo en 2000 bajó debido a que las empresas contrataban trabajadores.

No obstante, el equilibrio político y social ha permanecido en una posición delicada hasta nuestros días.

La economía sigue siendo susceptible de bajar si, por ejemplo, los precios mundiales del petróleo sufren una caída dramática.

La crisis política llegó a un punto crítico el 23 de marzo cuando el presidente ruso, Borís Yeltsin, destituyó repentinamente al Primer Ministro, Víktor Chernomyrdin, junto con todo su gabinete.

A pesar de los esfuerzos del gobierno, las deudas en sueldos continuaron creciendo, especialmente en regiones remotas.

Además, el 15 de julio, la Duma Estatal, dominada por los partidos del ala izquierda se negó a adoptar más medidas para el plan anti-crisis gubernamental, por lo que el gobierno fue forzado a depender de decretos presidenciales.