Lago del Averno

Virgilio, y la tradición literaria grecorromana lo consideraron por su aspecto tenebroso como una de las bocas del infierno.La palabra Averno viene del griego αορνος (originalmente αϝορνος) cuyo significado exacto es sin aves.Este nombre viene dado por las emanaciones desde el interior terrestre de diversos vapores nocivos como son los sulfurosos y mefíticos.Aun así apenas le prestaron atención, ya que no era un lugar propicio para el asentamiento.[1]​ Esta idea del submundo no sólo no decayó con la llegada de los primeros romanos, sino que siguió en aumento gracias a poetas como Virgilio, que en la Eneida habló de cómo descendía Eneas al inframundo por una cueva cercana al lago.A partir del siglo XIX los arqueólogos, historiadores y, principalmente, los turistas hicieron que resurgiese el interés por este pequeño lago semidesierto.
Lago del Averno ( OpenStreetMap ).
Sibila cumea / vegetación muerta.
Ruinas del templo de Apolo en 1870.