Siembra directa

La siembra directa, labranza de conservación, labranza cero, o siembra directa sobre rastrojo es una técnica de cultivo sin arado, con lo que se evita la alteración del suelo.

Recién con la difusión del glifosato y la soja RR, inmune a este, se logró superar el problema en su cultivo.

Los técnicos también solemos tener esas actitudes y somos más difíciles de convencer”.

El arado año tras año hace disminuir la densidad aparente del suelo y por tanto la resistencia a la penetración de la capa arable, liberando cada vez más los nutrientes propios del suelo.

Por su parte la siembra directa permite acumular rastrojos en el suelo año tras año que contribuyen al cuidado del suelo a través del incremento de la capa superficial de materia orgánica, mejoras en la permeabilidad y el aireamiento y reducción de la erosión del suelo.

El problema con las labranzas es que incrementan la erosión de los suelos hasta dejarlos irrecuperables en muchos casos.

Por último, en ciertas zonas húmedas, se utiliza esta tecnología porque permite acceder a los suelos anegadizos poco después de lluvias, en períodos en que, después de haber sido arados, resultarían lodazales, en que las máquinas no lograrían desplazarse.

En casos extremos, la labranza cero ha llegado a regenerar suelos erosionados.

Investigaciones realizadas en Argentina permitieron conocer y cuantificar los siguientes beneficios Previo a la siembra directa y cuando ya se ha decidido trabajar en labranza cero, se recomienda diagnosticar capas densas para así tratarlas adecuadamente con cultivos de cobertura o de servicios ecosistémicos con el propósito de romper estratos endurecidos del perfil del suelo.

En estos casos funcionan especialmente bien especies del género Brassica cuyo sistema radicular ayuda a romper las capas compactadas mediante acción mecánica natural y estructurante de los suelos.

La oportunidad de siembra se da porque al mantenerse el rastrojo en el suelo, este se mantiene firme, por lo que permite sembrar en menor tiempo después de una lluvia, situación que en labranza tradicional no es posible.

El monocultivo de trigo, a pesar de ser el trigo un cultivo que otorga buenos dividendos, no se utiliza por problemas fitosanitarios provocados especialmente por hongos que completan su ciclo de vida en el rastrojo, entre los que se puede citar el Mal del pie cuyo agente causal es Gaeumannomyces graminis var.

Cultivo de Soja sembrado bajo siembra Directa sobre un rastrojo de Sorgo Granífero.