La historia de Constantino

[2]​ Cinco diseños adicionales fueron pintados por Cortona en 1630 y posteriormente elaborados en el taller del cardenal Francesco Barberini en Roma a lo largo de la siguiente década.

Pese a que generalmente se afirmaba que Luis XIII había comisionado los tapices basándose en una carta de Rubens fechada en 1626, los historiadores de arte han empezado a cuestionar dicha afirmación en las últimas décadas.

[5]​ La falta de inversión en el mismo por parte de Luis XIII se evidencia por el hecho de que entregó los primeros siete tapices terminados al cardenal Barberini en 1625, pese a que este en un principio se mostró reacio a aceptar un regalo tan valioso, comisionando el cardenal cinco tapices adicionales a Pietro da Cortona, otro maestro barroco que terminó convirtiéndose en el director artístico del por aquel entonces recientemente fundado taller de Barberini.

La vida del primer monarca cristiano habría cobrado una gran relevancia en un rey cuyo padre, Enrique IV de Francia, había experimentado una notable conversión al catolicismo.

El propio artista tuvo posiblemente algo que ver en lo relativo a la decisión de la temática de los tapices, puesto que sus estudios en profundidad sobre la era clásica, incluyendo la adquisición de numerosas antigüedades, lo habían convertido en una persona apropiada para hacer frente a las complejidades del tema en cuestión.

Los diseños de Rubens demostraron ser altamente populares, siendo reproducidos en tapicería numerosas veces por el taller de Comans-La Planche en las siguientes décadas, si bien con el tiempo se tendió a variar los mismos con respecto a los originales.

[3]​ Los tapices restantes se hallan ampliamente dispersos, muchos de ellos en colecciones privadas.

Este acontecimiento ocurre en un templo dedicado a Júpiter y Juno, quienes presiden el enlace bajo la forma de un santuario.

No obstante, en el tapiz Júpiter luce un semblante más benévolo al tiempo que sostiene su rayo de una forma menos amenazadora, en consonancia con la feliz unión entre las casas reales de Francia y España.

)[9]​ Tapiz: París, Mobilier National[3]​ En esta escena, el monograma Chi-Rho de Cristo aparece ante Constantino en el cielo a mediodía justo antes de su batalla contra Majencio.

En un sueño, Constantino descubre que colocar el emblema en su bandera le asegura su triunfo ante Majencio, su coemperador.

)[1]​ Tapiz: París, Mobilier National[3]​ Este episodio muestra los instantes previos a la batalla del Puente Milvio, cuando Constantino (coronado con el laurel de la victoria) presenta su labarum.

El monograma del fabricante de paneles habitual de Rubens, Michiel Vrient, figura impreso en la parte posterior del mismo junto con la marca «A», la cual indica que el panel fue elaborado aproximadamente entre 1621 y 1622.

En consonancia, el símbolo griego de Cristo puede ser visto en la bandera imperial mientras los sacerdotes paganos son empujados a un lado por una personificación de Roma honrando a Constantino.

Al transformar el bosquejo en tapiz, la composición fue comprimida horizontalmente, reduciendo el espacio vacío entre Constantino y Roma y menguando la sensación de movimiento.

Constantino es mostrado siendo bautizado por el papa Silvestre I en Roma, en vez de en Nicomedia como sucedió en realidad.

La principal diferencia entre el estudio y el tapiz radica en el hecho de que este último incluye la corona de Constantino sobre un cojín cercano, en referencia a la leyenda de que una llama espontánea apareció sobre la pila bautismal y la misma no se extinguiría hasta que Constantino retirase su corona.

)[17]​ Tapiz: París, Mobilier National[3]​ El cuñado de Constantino y cogobernante fue derrotado dos veces por él por su empeño en continuar su persecución contra los cristianos, representando este tapiz la primera batalla, la cual tuvo lugar en un campo.

Este hecho fue tomado como señal de buen presagio debido a que la ginesta era empleada para delimitar las ciudades.

)[20]​ El decimotercer estudio fue completado por Rubens pero finalmente reemplazado por La muerte de Constantino cuando los tapices fueron manufacturados por ser considerado inapropiado.

Los estudios supervivientes se hallan expuestos actualmente en la Galería Corsini, en Florencia.

[22]​ Esta imagen de un joven Constantino clavando su espada en la boca de un león mientras varios espectadores presencian el acontecimiento está basada en una leyenda la cual ilustra el valor del emperador incluso cuando era joven.