[2][3][4] Eventualmente, la desconocida del Sena se ha convertido en un ícono de la cultura popular y el arte.
El escritor Albert Camus, entre otros, comparó su enigmática sonrisa a la de Mona Lisa[cita requerida], dando lugar a numerosas especulaciones, por ejemplo acerca de las pistas que podía ofrecer su gesto extrañamente feliz sobre su vida, muerte y su lugar en la sociedad.
La novela de misterio The Angels Will Not Care (A los ángeles no les importará, 1998), del estadounidense John Straley, incluye un club llamado L'Inconnue de la Seine, donde la gente con enfermedades terminales iba si deseaba terminar con su propia vida.
En la única novela del poeta austríaco Rainer Maria Rilke, Die Aufzeichnungen des Malte Laurids Brigge (Los cuadernos de Malte Laurids Brigge, 1910), el protagonista evoca la máscara: "El moldeador que visito todos los días tiene dos máscaras colgando al lado de su puerta.
""Der Mouleur, an dem ich jeden Tag vorüberkomme, hat zwei Masken neben seiner Tür ausgehängt.
"En 1926, el historiador del arte alemán Ernst Benkard publicó Das letzte Antlitz (Rostros inmortales),[10] un libro sobre 126 máscaras mortuorias, en el que describe a la Desconocida "como una delicada mariposa para nosotros, quienes, desperocupados y eufóricos, revoloteamos frente a la lámpara de la vida, quemando nuestras finas alas" ("uns jedoch ein zarter Schmetterling, der, sorglos beschwingt, an der Leuchte des Lebens seine feinen Flügel vor der Zeit verflattert und versengt hat").
La ampliamente traducida y vendida novela del explorador y botánico alemán Reinhold Conrad Muschler Die Unbekannte (La Desconocida,1934) cuenta la historia de una huérfana provinciana, Madeleine Lavin, quien se ha enamorado del diplomático británico lord Thomas Vernon Bentick; después de un romance, al volver Bentick con su novia, Madeleine se suicida tirándose al Sena.
[11] El autor francés Maurice Blanchot, que poseía una de las máscaras, la describió en su ensayo Une voix venue d'ailleurs (Una voz venida de otra parte, 1992) como "una joven con los ojos cerrados, animada por una sonrisa tan relajada y tranquila [...] que se podría pensar que se ahogó en un momento de extrema felicidad" ("une adolescente aux yeux clos, mais vivante par un sourire si délié, si fortuné, [...] qu'on eût pu croire qu'elle s'était noyée dans un instant d'extrême bonheur").