Logos

Puede traducirse de distintas formas: habla, palabra, razonamiento, argumentación, discurso o instrucción.

Ha sido y suele traducirse, en lenguas romances, como Verbo (del latín: Verbum).

Juan 1:1 dice: Muchas interpretaciones han surgido en torno al significado del Logos en este versículo.

[1]​ Una recepción en ámbito judío, en un ambiente helenístico como el de Alejandría, encontramos en Filón: este, en su obra De opificio Mundi, coloca los cimientos para la que será la recepción del concepto, especialmente en ámbito alejandrino.

Un ejemplo de entimema podría ser: “Elvis tenía que morir en algún momento: todos los hombres son mortales”.

Otro recurso del logos es la analogía, la cual expresa la semejanza o correspondencia dada entre cosas diversas.

El logos a través de los distintos recursos busca que los argumentos suenen razonables, pues estos a su vez se elaboran con premisas aceptadas; sin embargo, Aristóteles también puntualiza que muchas de las premisas aceptadas son contradictorias entre sí, por lo que debe tenerse en cuenta asimismo al utilizar el logos como modo de persuasión.

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