Entimema

Aristóteles, descubridor del silogismo en Occidente, estableció el término y el propio concepto de entimema con dos nociones.

Esta segunda acepción es la que ha pasado a la tradición en los libros de lógica.

En este caso, la premisa mayor era Todas las personas que no consumen carne gozan de buena salud; como se observa, tal entimema conlleva el riesgo de un paralogismo, ya que dar por universal lo argumentado en la premisa mayor (aquí tácita) es equívoco.

Tal como se ha indicado, el entimema puede implicar una falacia o, en todo caso, conlleva el riesgo de una paralogía.

De este modo pueden ocurrir paralogismos como el siguiente: En forma completa, tal razonamiento categórico condicional es: En realidad el entimema más bien configura una situación retórica, en la que por elegancia, por brevedad, pero sobre todo por suponer en el auditorio una inteligencia suficiente como para suplir lo que falta, se suprime algo que está ahí, en la consideración del oyente, y, por tanto, no supone ningún problema especial con respecto al silogismo.

Naturalmente, en la lógica actual ciertas supresiones que serían aceptables en la silogística clásica tradicional hoy no pasarían, efectivamente, sino por argumentos meramente probables.

Así, por ejemplo, en “todos los andaluces son españoles, luego los cordobeses son españoles”, se da por supuesta la existencia de los andaluces y cordobeses, lo que en la lógica-matemática no es de recibo, sino como argumento formal hipotético al no estar cuantificado.