También incluye el diálogo erístico, una rama del debate social en el cual la principal motivación es la victoria sobre un oponente.
Ejemplo de esto son los discursos argumentativos relacionados con la publicidad o el pensamiento político.
[1] Se reconocen tres tipos de discursos persuasivos: la demostración, la argumentación y la descripción: Cuando alguien desarrolla una argumentación para convencer a otro de que acepte su tesis, lo hace en un determinado contexto.
Éste abarca las creencias, las costumbres, las ideas de la comunidad a la cual ambos pertenecen.
Además, el contexto determina las convenciones lingüísticas que ambos usan, es decir, el valor semántico de las palabras empleadas.
Para plantear un discurso argumentativo es necesario conocer las condiciones de propiedad y legitimidad.