El padre Leopold Mozart planeó la gira para exhibir a sus prodigiosos hijos, Wolfgang y Nannerl en las principales cortes europeas.
[4] Posteriormente Leopold y sus hijos pasaron en Viena varios meses de 1768 durante los cuales el joven maestro hizo un esfuerzo consciente por adaptar su estilo sinfónico a los gustos del público vienés, adoptando entre otras cosas la estructura en cuatro movimientos.
[5] Una afortunada consecuencia de los largos viajes del compositor en ciernes fue el contacto que le proporcionaron con una generosa muestra representativa de las tradiciones musicales europeas: alemana, británica, francesa e italiana.
[12] Esta fue la primera sinfonía que Mozart escribió en Salzburgo tras su segundo viaje a Italia.
La primera edición fue llevada a cabo en 1880 por la editorial Breitkopf & Härtel en Leipzig, que publicó bajo la denominación Wolfgang Amadeus Mozarts Werke, Serie VIII, No.
Se trata de una obra vienesa en cuatro movimientos, elegante, grácil y sumamente ingeniosa.
[2] El primer movimiento, Allegro moderato, está escrito en la tonalidad de la mayor, en compás alla breve y sigue la forma sonata.
El tema principal está formado en realidad por cinco espléndidas ideas temáticas con una sección de desarrollo breve pero fascinante.
La incertidumbre se despeja en cuanto el tema es repetido por toda la orquesta en forte con un acompañamiento en corcheas constantes.
El comienzo de la segunda parte recupera la compostura, más en la línea con los dos primeros movimientos.
Con sus notas repetidas, su flexión ascendente y su descenso para la cadencia, recuerda al canto; las voces no recitantes lo acompañan con cierta irreverencia.
Al parecer la ausencia de un tema principal se debe a que la obra estaba destinada a ser interpretada en el Carnaval de Salzburgo y que los festejantes debían improvisar una melodía sobre el cambio.