Principado-arzobispado de Salzburgo

Su capital era la ciudad de Salzburgo, incluía otras villas como (Friesach, Brežice, Ptuj, Grosuplje)[1]​ y al frente del Estado se encontraba un príncipe-arzobispo con poder secular sobre sus súbditos.

Esta ciudad fue abandonada a finales del siglo V por las legiones romanas y arrasada en los años posteriores durante las invasiones bárbaras que siguieron a la caída del Imperio Romano de Occidente.

La tradición convierte a San Ruperto en el fundador de la ciudad de Salzburgo y en su primer obispo, estando dicha ciudad unida desde su origen al obispado homónimo.

El nombre Salzburgo no está documentado hasta 755 y es un nombre derivado de las fuentes de agua salada con las que contaba la población surgida en torno al monasterio.

El Emperador Federico Barbarroja lanzó en 1166 el Reichsacht o proscripción imperial contra el arzobispo Conrado II de Babenberg, que era partidario del Papa Alejandro III, enfrentado con el emperador.

En los años siguientes las tropas imperiales arrasaron la Catedral de Salzburgo y saquearon su tesoro.

El arzobispo Eberardo II (1200-1246) es el creador de los tres últimos principados eclesiásticos.

Durante su mandato se crean así señoríos territoriales ligados al arzobispado a partir de diferentes señoríos y condados que quedan en manos del arzobispo y los dispone a su antojo.

El principado pasó al gran duque Fernando III de Toscana.

Sin embargo, en 1809 y con el Tratado de Schönbrunn, Francia le quitaría este territorio a los austriacos tras derrotarlos nuevamente en la Quinta Coalición.

La provincia eclesiástica de Salzburgo con sus diócesis sufragáneas alrededor del año 1500, así como sus provincias vecinas en Europa Central.
Escudo del Ducado de Salzburgo bajo el Imperio de Austria.