Julián de San Martín

Según las notas autobiográficas que entregó a Ceán Bermúdez, al llegar a Madrid con dieciséis años, como no encontró ningún maestro que lo admitiese «se dedicó a hacer obritas pequeñas en la tienda de un colorista de escultura», lo que le familiarizó con la escultura de reducidas dimensiones y le permitió perfeccionarse en lo material.Aunque Álvarez había presentado su modelo en 1785, atareado en las esculturas en piedra de la Fuente de Apolo, en 1788 solo tenía concluidos los ángeles del remate y quizá iniciada la talla en madera del grupo principal, por lo que urgido por los autores del encargo hubo de pasarle la ejecución a su discípulo, que lo dio acabado con tal rapidez que hubo de alquilar luego un local para guardar las esculturas durante siete meses, hasta que finalizaron las obras en la capilla, a la que faltaba el solado.[6]​ Proyecto de Ventura Rodríguez, la capilla resultó destruida por un bombardeo aéreo en 1936 y el grupo solo es conocido por un grabado de Tomás López Enguídanos y alguna fotografía.Elías Tormo les atribuyó también las esculturas de los altares colaterales: los arcángeles Miguel y Gabriel, San Antón (con dudas) y el arcángel San Rafael, «esbozo» de Manuel Álvarez ejecutado por San Martín.San Martín debió de trabajarla en Madrid y conforme a su proverbial rapidez el 16 de octubre la tenía concluida, pues en esa fecha la bendijo el inquisidor general, y se colocó en su altar el 15 de noviembre.
Julián de San Martín, Esaú y Jacob . Relieve en barro cocido (62 x 56) presentado a los premios de la academia de 1781; primer premio de segunda clase. Madrid, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando .
Beata Mariana de Jesús, Madrid, Iglesia de Santiago
Beneficencia (Mari Blanca) , 1798. Pamplona, Parque de la Taconera