Juana de Ponthieu

Su hija, la reina inglesa Leonor de Castilla, fue su sucesora en Ponthieu.

El rey francés Felipe Augusto había tomado Normandía al rey Juan de Inglaterra recientemente, en 1205, y los herederos de Felipe no podían arriesgarse a que la monarquía inglesa recuperase ninguna tierra en esa región, puesto que ello permitiría a los Plantagenet restablecer el control en Normandía.

[cita requerida] Blanca también pidió al papa que denegara el matrimonio por motivos de consanguinidad.

Berenguela decidió encontrar otra esposa para Fernando, y su hermana Blanca sugirió a Juana de Dammartin, cuyo matrimonio con el rey de Castilla impediría que su herencia cayera en manos hostiles.

[4]​ Los monarcas franceses acordaron con los Dammartín que no casarían a ninguno de sus hijos sin el consentimiento real.

Esto tensó aún más sus relaciones con Alfonso y en 1254, poco antes de que su hija Leonor fuera a casarse con Eduardo de Inglaterra, Juana y su hijo mayor Fernando dejaron Castilla y regresaron a su Ponthieu nativa.

Durante su matrimonio con Juan de Nesle, Juana acumuló considerables deudas y también parece que permitió que sus derechos como condesa de Ponthieu se debilitaran.

La misma naturaleza indulgente parece que hizo a Juana descuidada con sus deberes como condesa.

Para impedir que el rey de Francia se implicara él mismo en los asuntos del condado, tuvieron que pagar rápidamente las deudas tomando dinero a préstamo de los ciudadanos en Ponthieu y de ricas abadías en Francia.

La disputa se resolvió cuando Juan de Ponthieu fue reconocido como sucesor de Juana en Aumale según las tradiciones hereditarias que prevalecían en Normandía, mientras que Eduardo y Leonor retuvieron Ponthieu y Juan renunció a toda pretensión allí.