Juana nació póstumamente ya que su padre había muerto nueve meses antes de su nacimiento.
Los abuelos maternos de Juana eran Felipe III de Navarra y la reina Juana II de Navarra.
En 1370, Juana fue comprometida con el infante Juan, duque de Girona, hijo y heredero del rey Pedro IV de Aragón.
[1] Al año siguiente Juana partió desde Francia hacia Aragón para casarse con el infante, falleciendo en el camino el 16 de septiembre de 1371, en Béziers.
Su prometido acusó a la matrona Bonanada de haber causado la muerte de Juana mediante el uso de la hechicería,[2] una acusación inmediatamente desacreditada por la reina, quien recriminó al infante por haber hecho caso a las malas lenguas, ordenando el retorno inmediato de la matrona a la corte.